Se supone que es el día más feliz de
tu vida, y el más importante, y por eso, has planeado cada detalle, desde el
asiento de los invitados, hasta el sabor de la tarta. Sin olvidar el vestido de
novia. Pero queriendo destacar en este día tan especial, a veces nos pasamos de
horteras. Como les pasó a estas chicas.
Sombreros de altura
Una cosa es que necesites ayuda para
que te sujeten la cola del vestido, que es lo más normal. Pero si te tienen que
aguantar el sombrero -que ya no el velo- cuatro personas… es que algo va mal.
Imagina que una de esas personas que sujetan el sombrero falla. Entonces estás
destinada a morir el día de tu boda, aplastada por un sombrero gigante de no se
cuántos kilos.
Además, el vestido va a juego, por lo
que no se sabe si la chica lleva puesto el vestido, o el vestido lleva puesto a
la mujer, porque da la impresión de que ella lo lleva arrastrando, cual caracol
con su casita. Claro que en las pasarelas encuentras cosas de lo más bizarras.
Sin vestido
Otras parejas se lo toman con humor, y
prefieren no gastarse dinero en trajes y vestidos. Y es lo que le pasó a esta
pareja. Ojo, no es mala idea, pero… ¿los invitados tenían que ir a juego?
Porque puede que eso no sea lo más agradable del mundo. Algo hicieron bien: y
es que por lo menos, parece que trabajaron su cuerpo para el día de la boda.
Aún así, contratar a un artista del body painting, en vez de comprarte un
vestido, es algo raro.
Pero más raro es que la novia lleve
esa especie de velo, en los pies, porque así simula la caída del vestido. No.
Eso es algo feo. Y lo sabes.
China: esas bodas tan raras
Al parecer en China, hay una
costumbre, y es que la mujer puede elegir el color del ajuar de boda. El ajuar,
pero no se dice nada del vestido. Una cosa está clara: si la novia lleva puesto
ese vestido, es precisamente porque ella ha elegido el color y el modelo.
Aunque nosotros pensamos que nadie debería casarse con esa pinta.
Parece más bien el vestido de una niña
que quiere hacer una de esas fiestas de princesa. Pero no, lo hemos verificado,
y efectivamente son vestidos de boda. Temblamos a la hora de pensar en el resto
del ajuar de novia.
Los encantos de la novia
Es evidente lo que pensamos al ver
este vestido de novia: ella recibió de dote un par de globos nuevos y quiso
lucirlos. Tampoco es que sea malo. Solo que es algo de mal gusto. Es decir, si
tiene el escote tan al descubierto, ¿dónde va a guardar esas cosas que llevan
las novias de hoy en día? Yo que sé, un pañuelo, el móvil para preparar la
huida… esas cosas.
Lo peor de todo es que sea un modelo
que se fabrique en serie, porque hemos visto por Internet a más de una
reluciente novia, llevándolo. Igual en mujeres de mucho menos pecho queda
mejor, pero visto así, queda de muy mal gusto.
Las pasarelas del horror
Todos sabemos que lo que se viste en
las pasarelas, pocas veces llega a los mercados, puesto que son vestidos
exclusivos. Y menos mal, porque la mayor parte de las veces son horrorosos.
Aquí tenemos dos ejemplos, aunque por el fondo blanco, no sabemos si es el
mismo. En cualquier caso, parece que ambos estén hechos de vasos de plástico, o
con carretes de hilo.
Por otro lado, además del material,
que ya lo hace feo, los complementos son lo peor. ¿Por qué parece que a la
mujer de la derecha le cuelgan del sombrero, o del velo, unos espermatozoides
gigantes? Solo el diseñador lo sabe, pero tiene pinta de que es un complejo.
Boda de princesa
Luego están las niñas de papá, que
pidieron a su padre -ricachón o no-, una boda de cuento de hada. Con vestido
rosa incluido. En esta lista veremos a más de una. En realidad, el vestido no
es que sea feo, comparado con otros que hemos visto. Es que es demasiado
irreal. Sí, porque parece precisamente que es de esos sacados de cuentos.
Es como un trozo de algodón de azúcar,
decorado en exceso. Porque como ves, tiene una carroza de calabaza de fondo.
Ella luce radiante, con su tremenda tiara, que más bien parece ya una corona, y
ese ramo de flores que parece haberse sacado de la lápida de un cementerio. La
cara del novio lo dice todo.
Zapatos a juego
Hay algunos que planifican el máximo
detalle, y estos novios, parecen haberlo hecho. Eso sí, tirando hacia la
comodidad. Vemos que van a juego con el toque rojo. Y aunque el vestido de ella
es horroroso -como si del mantel de una de las otras bodas que hemos visto se
tratara- queremos hacer hincapié en los zapatos.
¿Chanclas y deportivas? ¿En serio?
Independientemente del aspecto de los novios, llevar chanclas y deportivas el
día de tu boda es de ser una persona cutre.
La madre de Honey Boo Boo
Igual no conoces a Honey Boo Boo, pero
en Estados Unidos es toda una eminencia: es la niña repelente por excelencia, y
es la que sale en la foto: presumida, llorona, y que te dan ganas de cometer
infanticidio. Por supuesto, una gran parte de su gusto, lo cogió de su madre.
Hasta ahora habíamos visto vestidos
rosas, o de color pastel. Pero esto es una novedad. El vestido de la madre de
Honey Boo Boo es de un color metálico. A mí me recuerda a un gran montón de
bolsas de basuras, sobre algo naranja. Por no hablar del ramo de rosas de
colores, ya sean de plástico, o genéticamente modificadas. Es algo bastante
raro, bizarro, y de muy mal gusto.
Lucir los encantos (II)
Sí, esta novia también quiso lucir sus
encantos, pero a diferencia de la primera novia que vimos, a esta no le
regalaron los globos, sino que los llevaba de fábrica. ¿Es mejor o peor que la
otra? No, es diferente, pero horrible en el mismo estilo.
Es que para eso, que directamente no
llevara parte de arriba. Se habrían ahorrado un montón en tela, y la verdad es
que el efecto hubiera sido el mismo, porque nos parece poco elegante enseñar
tanto cacho en la boda. Aun así, mira qué felices están los novios.
Y las damas de honor
Este es el resultado de una boda choni
en toda regla. El vestido, puede que no sea feo, apenas se ven los detalles.
Pero el exceso de complementos, la tiara que parece un sombrero de piedras, y
el llevar a damas de honor de ese calibre, hace que todo sea un sueño horrible.
De hecho, es como un accidente de
tráfico: sabes que hay heridos, pero te es imposible dejar de mirar. Sobre todo
por los rosetones que llevan las niñas en la cabeza. Destaca sobre todo la dama
de honor rubia oxigenada, que parece el prototipo de Barbie amargada como dama
de honor.
Las transparencias, tendencia de moda
Dejando aparte el corte de pelo del
novio (que parece habérselo rapado una oveja a mordiscos), la novia también
tiene su delito. Esto parece una boda de quita y pone, porque aunque ella es
mona, parece que no se arregló nada para el día más feliz de su vida. ¿Acaso no
contrataron un peluquero?
Y el vestido… aquí no criticamos los
cuerpos de las novias, porque tiene que haber de todo, pero las transparencias
no son algo que veamos demasiado bien, sobre todo en casos como estos. Porque
hay más cuerpo que vestido. Y aunque no se trata de esconder, sino de insinuar,
a veces nos pasamos con las insinuaciones. Como le pasó a esta chica.
Carga con el velo
Sí, estamos ante varias bodas gitanas,
pero no podemos evitarlas. El vestido en sí es feo, como un trozo de merengue
que has salpicado con tu cuchara hacia el suelo, y ha quedado así. Pero lo peor
es el velo. ¿Por qué tienen que cargarlo tantas personas?
Probablemente porque si lo dejan
arrastrando, la mujer se desnucaría entera. Pero tampoco es que parezca ligero,
ni bonito. Parece un trozo de estropajo, que podrían utilizar para lavar los
platos del banquete. Seguro que más de uno lo pensó.
El merengue de fresa
Hemos visto una foto tan parecida
antes, que pensamos que era la misma pareja. Pero no, porque los novios llevan
distintos trajes. El rosa parece ser uno de los colores más escogidos por las
novias, pero no deja de resultarnos infantil. Y más si lo acompañamos de una
corona que parece parte del vestuario del papa, si estuviera confeccionado en
tela.
El hecho de complementarlo con una
varita mágica, o el cetro ese, no sabemos qué resultado da, porque nos perturba
mucho.
A juego con tu oveja
Nosotros no tenemos ni idea de ganado,
así que hemos dicho oveja, aunque bien podría ser la abuela peinada a lo afro.
Pensamos que es una oveja porque esta novia parece ser tan tradicional, y le
tiene tanto cariño a su oveja, que ha decidido, en su honor, hacerse el vestido
con su lana.
De hecho, parece mucho más importante
esta escena. Tanto, que han quitado al novio de ella. Porque no hay nada como
el amor de una oveja. Hace que te sientas completo. Y si no, que se lo digan a
los pastores que todavía existen, seguro que están de acuerdo contigo.
Cuando el diseñador es pastelero
Cuando el diseñador es pastelero…. malo,
malo. Nosotros pensábamos que sería un desfile de las nuevas creaciones del
pastelero, que sería tan excéntrico que igual decidió servirlo en el vestido de
una mujer, pero no. Resultó que la novia es efectivamente ella, y que quería
ese vestido.
Un vestido comestible para que todos
los invitados pudieran disfrutar de ella. No deja de ser algo pornográfico. O
de eso que llaman ahora #foodporn.
La pava del corral
Al ver el vestido, la única pregunta
que me hago es ¿cuántos pavos reales habrán tenido que desplumar para conseguir
esta monstruosidad? Porque de verdad esperamos que sean artificiales. Es algo
espantoso. Una cosa es imitar, y otra cosa es quitar al animal sus plumas para
ponértelas tú. Lo mismo con el pelaje.
Es estrambótico, y aunque hay mucho
fotógrafo por ahí, no creo que ninguna novia en sus cabales quiera ponerse el
traje de varios pavos muertos encima.
El queso es lo mejor
Esto es de lo más excéntrico que hemos
visto hasta ahora. En realidad se trataba un desfile, de Moschino, como podemos
ver al fondo, en el que las modelos se envolvían en grandes trajes inspirados
en envoltorios de comida: galletitas saladas, queso, etc.
En este caso, la novia va vestida con
lo que parece que son los valores nutricionales de un queso, o eso es lo que
hemos leído por ahí. A nosotros, como si envuelve a la mujer en papel de
periódico, puesto que el efecto es el mismo. No es algo que nadie en sus
cabales se pondría, desde luego.
Pavo real
Y esta es la contraparte del pavo
real, puesto que parece una especie de murciélago desplegando sus alas. Un
murciélago albino. Pero por los detalles de las plumas, o lo que sea que lleve
al vinal de esa cola, parece que es un pájaro que se está desplumando solo.
Y para colmo, estás eclipsando al
novio, que está detrás de ella, pero que nosotros apenas lo vemos. Pobre
hombre. Debe estar pensando: “la que me espera durante nuestro matrimonio”
Solo una pregunta:
¿Pero esto qué es? Es una especie de
célula creada por nuestras abuelas en días de aburrimiento. La mujer de dentro
no parece tan feliz, pero si te fijas, tiene hasta abertura para las manos. Si
tuviera que llevarse un premio, ella se lo llevaría por soportar el traje más
bizarro de toda la colección.
Y sí, efectivamente, lo venden como
traje de novia. Todo un horror. Ni siquiera tu abuela querría que llevaras eso
puesto el día de tu boda.
La guinda del pastel
Para terminar, la guinda del pastel. Y
es que el vestido de la novia es bastante bonito, hasta que ves ese gato ahí en
medio, que parece que ha sido dibujado a lápiz e incrustado ahí con alfileres.
Y para colmo, hay bordados. No, gracias. Por muy de marca que sea el vestido
-el gato nos suena, pero no sabemos de qué- no aceptamos eso como vestido de
novia.
Además, ¿Qué manía es esa de llevar
corona? No son reinas, ni princesas, y si necesitas eso para sentirte como una…
mal vamos.
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