En Estados Unidos, su país de origen,
se ha discutido muchísimo sobre esto, pues existe desde el siglo XVII, cuando
llegó a la actual Nueva York, con el nombre de “olykoek”, que significaba
“bizcocho aceitoso”. Y ese nombre ya indicaba lo que era. Pero, ¿y lo del
agujero? Pues al parecer, quien inventó eso tenía relación con una señora
llamada Elizabeth Gregory, que era la madre de un capitán de barco de
transporte de especias, ya en el siglo XIX. Quiso crear para su hijo un dulce
que aguantara las largas travesías.
Entonces le puso nuez moscada, canela
y piel de limón, que le traía su hijo. Pero le ponía en medio las nueces y
avellanas, porque en medio no se llegaba a cocer muy bien, y quedaba crudo.
Entonces, se dice que el hijo de la
señora Gregory, Hanson, había hundido el pimentero en el centro, y con ello,
solucionando el problema de la cocción, y desechando la parte inservible. Y así
fue como se inventó el agujero del donut.
Hoy en día, dependiendo del
fabricante, se hacen directamente con agujeros, o se recortan después, pero lo
más común es que se haga ya con agujero. Cuando hay una tanda que no sale bien,
o por el contrario, sí que han hecho una tanda sin agujeros, con lo que sobran
lo suelen dar a algunas fábricas de piensos de animales, que suelen
reutilizarlos para sus productos. Suele ser de común acuerdo, y por tanto, una
parte del pienso de nuestras mascotas tienen las sobras o las tandas mal hechas
de donuts.
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