Javier Sierra nos lleva en su cronovisor
al año 1911. En ese momento e pintor holandés Piet Mondrian conoce la obra de
Picasso. Inspirado además por la literatura y el pensamiento de la teosofía
londinense, creada por Madame Blavatsky décadas antes, su obra dará un giro de
180 grados y se convertirá en uno de los artistas más singulares de la primera
mitad del siglo XX. Sus obras están llenas de colores sencillos pero que nos
hacen viajar al mundo de lo etéreo y la muerte.
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