Hugues Derzelle, un criador de ganado
de Chimay, Bélgica, considera que uno de los secretos para el gran sabor de la
carne veteada podría ser la cerveza, por lo que en los últimos meses les ha
estado dando de beber a sus vacas cuatro litros de cerveza negra por día.
Derzelle dice que la idea se le
ocurrió luego de leer que los productores japoneses de ternera de Kobe masajean
a sus vacas, les ponen música relajante, y les dan de beber cerveza. Una rápida
búsqueda en Google revela que esto no es más que un mito, aunque muy popular,
pero no parece haberle importado mucho al criador belga. Desde noviembre ha
estado tratando a dos de sus vacas con cuatro litros de la cerveza negra local
Sara de Silenrieux, con la esperanza de mejorar las vetas de grasa de su carne,
así como su sabor.
Sara de Silenrieux es una cerveza
negra bastante fuerte, con un contenido de alcohol del 5%, pero Hugues Derzelle
afirma que las vacas no corren ningún peligro de emborracharse con su dieta
diaria de cerveza, porque las bacterias en sus rumen (el equivalente bovino de
nuestro esófago) metabolizan inmediatamente la mayor parte del alcohol, y sólo
muy poco llega a su torrente sanguíneo.
Derzelle empezó a dar cuatro litros de
cervezas a dos de sus vacas en noviembre de 2016, y el 25 de marzo envió las
primeras muestras de la carne vacuna mejorada con cerveza a algunas tiendas
selectas de Bélgica. Afirma que la dieta especial hace que la carne sea un poco
más cara que otras carnes de res artesanales, pero no exageradamente.
El agricultor belga planea producir alrededor
de 500 kilogramos de la carne vacuna especial en el primer año, y aumentar la
producción si el feedback de los consumidores es positivo.
En caso de que estés tentado de
conseguir un par de filetes de carne vacuna a la cerveza, se llama “Saveur du Long
Pré” o “Sabor del prado largo”.
Un éleveur de la région de Chimay lance la viande... à la bière
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